En estos tiempos de crisis energética, se antojan necesarias ciertas estrategias para conseguir ahorrar en nuestras facturas. Nuestra caldera es un elemento clave para garantizarnos la calefacción en invierno y podemos optimizar nuestro consumo regulando algunos parámetros.
Controlar la temperatura
Es cuestión de lógica. Cuanto más alta está la calefacción, mayor será el gasto. En concreto, ahorrarás entre un 7% y un 11% de energía por cada grado.
Como norma general, una temperatura entre 21º y 19º grados es más que suficiente para que la casa esté caliente. Sin embargo, lo ideal sería poder ajustar esta temperatura para cada dependencia.
La mejor forma de conseguirlo es con un termostato que regule la temperatura. Si además es programable, mucho mejor. Así podrás dejarlo todo apagado las horas que no estés en casa y conectarlo un poco antes de llegar para encontrarte el hogar caliente.
Temperatura de agua del sistema de calefacción
Es fundamental bajar la temperatura de trabajo de la caldera de tu sistema. Siendo más precisos, si la caldera es de condensación, la temperatura adecuada puede estar entre 55 y 60 °C, aunque los días que sean más fríos puede que haya que subirla un poco más.
Presión de la caldera
Revisa que la presión de la caldera sea la indicada para evitar problemas a futuro. Recuerda que esta deberías estar alrededor de 1.2 bar. (entre 1-1,5). La caldera debe tener esta presión específica para su óptimo funcionamiento, ya que así el agua circulará de forma eficaz por el circuito.
Mantenimiento de los radiadores
Si tienes radiadores, la mejor temperatura de trabajo será entre 60 y 70°C dependiendo del modelo de caldera y la cantidad de elementos de radiadores que tengas en la instalación.
Purga los radiadores al menos una vez al año, esto optimizará el funcionamiento de la caldera y evitarás que se esfuerce para regular la temperatura, lo que se traduce en un mayor ahorro.
Renovación de la caldera
Finalmente, considera cambiar tu caldera si es bastante antigua. Las calderas modernas te permiten ahorrar no solo energía eléctrica sino también gas en un 30%. Si tu caldera tiene más de 15 años, no tienes otra manera que renovarla, las calderas antiguas eran mucho menos eficientes y la inversión la recuperaras con la disminución de consumo.